La economía balear creció un 2,5% en el tercer trimestre de 2024, debilitando 3 décimas su avance

  • Balears siguió perdiendo dinamismo los meses de verano a pesar de marcar registros récord durante la temporada alta en afluencia y gasto
  • Por Islas, Mallorca se mantuvo al frente del crecimiento balear (2,7% vs 2,9%, 2º trim.), con Ibiza y Formentera acusando más el frenazo (1,8% vs 2,8%) y Menorca más estable, pero la más rezagada (1,6% vs 1,7%)
  • “La baja productividad sigue siendo nuestro principal hándicap, y lo seguirá siendo en 2025, donde las empresas deberán hacer frente a los mismos obstáculos: aumento de costes laborales, subidas salariales, inseguridad jurídica o falta de mano de obra”, ha afirmado Planas durante el tradicional brindis navideño con los medios de comunicación

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al tercer trimestre de 2024, que señala que la economía de Balears creció de julio a septiembre un 2,5%, perdiendo otras tres décimas respecto al ritmo de avance del segundo trimestre (2,8%). El crecimiento de la economía de Balears sigue debilitándose al contrario que la aceleración observada tanto a nivel nacional como en gran parte de los países de su entorno.

La economía de Balears vuelve a perder ritmo (3 décimas menos de crecimiento) pese a cosechar una temporada turística de récord tanto en afluencia de visitantes como en gasto, lo que pone de manifiesto la necesidad de una mejora de la productividad. Su evolución contrasta con el fortalecimiento de la economía del conjunto de España (3,4% vs 3,2%, 2º trim.) y de la economía europea (1% vs 0,8%, 2º trim.). Siete de cada diez economías europeas fortalecieron su ritmo crecimiento entre julio y septiembre como Dinamarca (3,9% vs 2,5%, 2º trim.), Países Bajos (1,9% vs 0,6%, 2º trim.) o Francia (1,2% vs 0,9%, 2º trim.), y tres de cada cuatro regiones de la UE lograron mantenerse en positivo Bélgica (1,2%), Suecia (0,6%) o Italia (0,4%)-, algo que sigue sin lograr Alemania (-0,3%).

Por islas, Mallorca mantuvo el liderato del crecimiento (2,7% vs 2,9%, 2º trim.), Ibiza y Formentera fue la que más acusó la desaceleración (1,8% vs 2,8%, 2º trim.) y Menorca logró contener la desaceleración, pero sigue siendo la que crece menos (1,6% vs 1,7%, 2º trim.).

La generación de empleo también avanzó a un ritmo más lento entre julio y septiembre (3% vs 3,5%, 2º trim.), aunque el Archipiélago sigue con un mayor empuje que a nivel nacional (2,5% vs 2,6%, 2º trim.). De hecho, los 652.702 trabajadores que se encontraban en alta en la Seguridad Social a finales del mes de julio constituyen un récord absoluto y suponen ampliar en más de 172.000 efectivos la fuerza laboral observada 10 años atrás. El desempleo cayó hasta el 4,2% de la población activa frente al 4,6% del mismo periodo de 2023, un porcentaje que no solo se mantuvo por debajo de la media nacional (10,8%) sino que se fue la tasa de paro más reducida de toda la serie histórica en las Islas.

La inflación sorprendió positivamente durante el tercer trimestre (2,3% vs 3,7%, 2º trim.) gracias a la recuperación de la tendencia a la baja en los precios de los productos energéticos (-1,2% vs 7,7%, 2º trim.), especialmente acusada en los carburantes y combustibles (-6,2% vs 4,4%, 2º trim.), y a la progresiva moderación de los precios alimentarios (2,9% vs 5,4%, 2º trim.). Pese a esta reducción, el proceso desinflacionista ha sufrido algún repunte transitorio en este final de año (2,8% en noviembre). De hecho, el IPC se situó por primera vez su ritmo de escalada por debajo del umbral del 2% durante los meses de septiembre y octubre tanto en el conjunto del Archipiélago (1,7% y 1,9%, respectivamente) como a nivel nacional (1,5% y 1,8%, respectivamente), un hito que sin alcanzarse a escala comunitaria (2,1% y 2,3%, respectivamente) o americana (2,4% y 2,6%).

Desde la óptica de la oferta, la moderación del avance de la economía balear durante el tercer trimestre se explica por el debilitamiento del crecimiento en los servicios en un contexto en el que buena parte de los indicadores de la actividad turística alcanzaron cotas nunca vistas para los meses centrales del verano. De hecho, el sector servicios se erigió en él único de los principales ámbitos de actividad del Archipiélago que vio recortado su crecimiento entre los meses de julio y septiembre (2,5% vs 2,9%, 2º trim.), un balance que pone en relieve las dificultades del sector para sostener un patrón de crecimiento al que cada vez le resulta más difícil seguir capitalizando los récords de actividad cosechados en el ámbito turístico.

Mientras tanto, la construcción se mantuvo un trimestre más como la esfera productiva que más aceleró al impulsar su tasa hasta el 3,5% durante el tercer trimestre (vs 3,1%, 2º trim.) en un entorno dónde el volumen de actividad sigue a en niveles históricamente elevados. Paralelamente, la industria también logró ampliar el crecimiento hasta el 1,3% (vs 1,1%, 2º trim.) permitiendo, por un lado, elevar el nivel de producción actual y, por el otro, seguir dando salida al stock de productos terminados. Una mejora que no ha impedido que, por octavo trimestre consecutivo, el industrial sea el ámbito de actividad balear menos dinámico.

Desde el lado de la demanda, el consumo privado moderó su avance durante el tercer trimestre del año (2,4% vs 2,6%, 2º trim.), después que el menor empuje de los no residentes durante la temporada alta no pudiera ser compensado por la mayor resistencia de la capacidad de gasto familiar. Por el contrario, la inversión continuó fortaleciendo su crecimiento de julio a septiembre (2,7% vs 2,4%, 2º trim.), impulsada por un nuevo empuje de la demanda de inversión en construcción, especialmente en su vertiente residencial. Todo ello en un contexto en el que la demanda externa del Archipiélago siguió efectuando una aportación claramente positiva, gracias a las cifras récord registradas en la exportación de servicios turísticos (10.043 millones de euros de gasto turístico).

 

Nuevo retroceso de la productividad

Baleares afronta la recta final del año ante la necesidad, de cada vez más evidente, de virar su patrón de crecimiento hacia un mayor aprovechamiento de los factores de producción. El período estival volvió a poner en relieve las notables dificultades del Archipiélago para capitalizar una temporada turística de récord en afluencia y corroboró que la acumulación de un volumen (cada vez mayor) de recursos no puede seguir sustentando la senda de crecimiento. Los primeros indicadores del cuarto trimestre apuntan a un nuevo retroceso de la productividad aparente del trabajo, después que el ritmo de creación de empleo haya superado, de nuevo, el ritmo de crecimiento del Archipiélago.

A nivel europeo y mundial la desescalada de los tipos de interés sigue avanzando según lo previsto. El Banco Central Europeo se ha mantenido fiel a su hoja de ruta y ha acordado, en su última reunión del 12 de diciembre, un nuevo recorte en el precio oficial del dinero de 25 puntos básicos, hasta situarlo en el 3,0%. El contexto internacional sigue sumando incertidumbre durante los últimos meses, con el más que probable inicio de una nueva guerra arancelaria a escala global –en respuesta a las primeras medidas anunciadas por la nueva administración Trump– y la creciente inestabilidad política en dos de las principales locomotoras económicas de Europa, Francia y Alemania. Así, las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional a finales de octubre confirmaron una revisión ligeramente a la baja del avance de la economía mundial de cara a 2025 (3,2%; -0,1 pp, respecto de julio): la revisión al alza de la economía americana (2,2%; +0,3 pp) compensa el debilitamiento del crecimiento pronosticado para la zona del euro (1,2%; -0,3 pp.).

 

Brindis navideño y retos para 2025

Durante la tradicional Copa de Navidad con los medios de comunicación, la presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha señalado este mediodía que “la baja productividad sigue siendo nuestro principal hándicap, y lo seguirá siendo en 2025, donde las empresas deberán hacer frente a los mismos obstáculos: aumento de costes laborales, subidas salariales, inseguridad jurídica o falta de mano de obra”.

El FMI y la Comisión Europea apuntan a que la debilidad del crecimiento mundial se mantendrá durante los años 2025 y 2026. CEOE prevé un crecimiento del 2,3% para España en 2025, “una cifra que probablemente no alcanzaremos en Baleares”, añade Planas. Los indicadores de confianza empresarial continúan mostrando un notable impulso, aunque las empresas más pequeñas aún no han recuperado los niveles 2019.

Con todo esto encima de la mesa, el año que viene las empresas deberán abordar los siguientes retos: incremento de la productividad, apuesta por la innovación y la formación; corrección de las disfuncionalidades del mercado laboral donde persiste la estacionalidad y falta de cualificación; diversificación y mejora de la oferta turística. Pero, sin duda, “nuestro principal reto seguirá siendo conciliar el destacable peso del turismo en el crecimiento económico de España y Baleares con el bienestar ciudadano a nivel local”, añade la presidenta de CAEB.

Presidenta y gerente de CAEB, brindando con los medios de comunicación.

La economía balear creció un 2,8% en el segundo trimestre de 2024 mostrando señales de agotamiento

  • Balears pierde fuelle tras el sólido inicio de año y avanza un verano donde ha seguido ralentizándose a pesar de una temporada de récord en visitantes
  • Por Islas, Mallorca recuperó el liderato del crecimiento balear (2,9% vs 3%, 1º trim.), con Ibiza y Formentera en importante desacelerón (2,8% vs 3,6%), mientras Menorca sigue la más rezagada, pero acelera (1,7% vs 1,3%)

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al segundo trimestre de 2024, que señala que la economía de Balears creció de abril a junio un 2,8%, perdiendo dos décimas respecto al ritmo de avance del primer trimestre (3%). La economía de Balears muestra de esta manera señales de agotamiento desmarcándose de la tendencia general a la aceleración observada en buena parte de los países de su entorno competitivo que sí han aprovechado la nueva etapa de relajación monetaria, la fortaleza del mercado laboral y la progresiva moderación de la inflación.

La economía de Balears pierde fuelle respecto al inicio del año y avanza un verano donde ha seguido reduciendo empuje a pesar de una temporada turística de récord en cuento a afluencia de visitantes. Su evolución contrasta con el fortalecimiento de la economía del conjunto de España (2,9% vs 2,6%, 1º trim.) como de la Unión Europea (0,8% vs 07%, 1º trim.). Tres de cada cinco economías europeas aumentaron su ritmo crecimiento entre abril y junio Polonia (4,0% vs 1,8%, 1º trim.), Dinamarca (2,5% vs 1,9%, 1º trim.) o Italia (0,9% vs 0,6%, 1º trim.), y tres de cada cuatro lograron mantenerse en positivo Bélgica (1,1% vs 1,3%, 1º trim.), Francia (1,0% vs 1,5%, 1º trim.), Suecia (0,6% vs 0,5%, 1º trim.) o Holanda (0,6% vs -0,7%, 1º trim.)-, no así Alemania (0,0%).

Por territorios, Mallorca recuperó el liderato del crecimiento balear (2,9% vs 3%, 1º trim.), con Ibiza y Formentera en claro e importante desacelerón (2,8% vs 3,6%, 1º trim.). Menorca, la más rezagada, logró escapar de la tendencia general a la desaceleración pese a ser la que sigue creciendo a menor ritmo (1,7% vs 1,3%, 1º trim.).

La desaceleración de la actividad en Balears quedó también patente desde la vertiente laboral, donde se constató una moderación de la generación de empleo entre abril y junio (3,6% vs 3,9%, 1º trim.), aunque el Archipiélago sigue con un mayor empuje que a nivel nacional (2,6% vs 2,7%, 1º trim.). De hecho, la mayor fortaleza de generación de empleo permitió cerrar junio en las Islas con el mayor número de trabajadores en activo de toda su historia 646.404 trabajadores, sumando 14.000 efectivos el anterior tope histórico alcanzado en plena temporada turística del ejercicio anterior (632.152, julio 2023). Todo ello rebajó el desempleo hasta el 4,2% de la población activa (vs 5,8%, 1º trim.), una tasa que no solo rebaja la media española (11,0% vs 11,7%, 1º trim.), sino que se sitúa como la más reducida de toda la serie histórica.

La inflación continúa preocupando tras el repunte del segundo trimestre (3,7% vs 3,1%, 1º trim.), como consecuencia de la recuperación del alza en los precios de los productos energéticos (7,7% vs 0,0%, 1º trim.) y del nuevo encarecimiento de los precios en los servicios (3,9% vs 3,7%, 1º trim.), los cuales continuaron manifestando una clara resistencia a la baja lastrados por las continuas subidas salariales. Cabe destacar avances desinflacionistas al inicio del tercer trimestre. Con los últimos datos conocidos, el IPC ha moderado su escalada durante julio (2,9%) y agosto (2,3%) no solo en Baleares o a nivel nacional (2,8% y 2,3%, respectivamente), sino también en el ámbito comunitario (2,8% y 2,4%, respectivamente) y americano (2,9% y 2,6%, respectivamente).

Desde la óptica de la oferta, la economía balear moderó durante el segundo trimestre el crecimiento en gran parte de sus principales sectores de actividad, lastrados por un patrón de crecimiento que empieza a dar señales claras de estar tocando techo. El sector servicios se erigió nuevamente en el principal soporte de la economía balear y registró un crecimiento del 2,9% (vs 3,1%, 1º trim.), después de que demostrara buen pulso en los volúmenes de actividad turística durante los meses de mayo y junio.

Al mismo tiempo, la industria se mantuvo, por séptimo trimestre consecutivo, como la actividad balear menos dinámica, al rebajar su tasa de crecimiento al 1,1% (vs 1,3%, 1º trim.), afectada por una nueva moderación de la demanda, unas condiciones de acceso a la financiación aún restrictivas y una tendencia general a contener la producción actual para dar salida a unos niveles de stocks aún elevados. Por el contrario, la construcción fue el único sector en escapar de la tendencia general a la desaceleración y amplió el crecimiento hasta el 3,5% (vs 3,3%, 1º trim.).

En la demanda, el consumo privado fue de nuevo la facción más dinámica de la demanda interna durante el segundo trimestre de 2024 (2,6% vs 2,9%, 1º trim.), gracias al buen inicio de la temporada turística y la recuperación de las rentas reales por la fortaleza del empleo y la moderación de la inflación. Al mismo tiempo, la inversión continuó fortaleciendo su crecimiento entre abril y junio (2,4% vs 1,8%, 1º trim.), apoyada tanto en la recuperación de la inversión en construcción como en la incipiente relajación de las condiciones de acceso a la financiación. Todo ello en un contexto en el que la demanda externa amplió nuevamente su aportación positiva gracias a nuevos récords de exportación de servicios turísticos (6.367 millones de euros de gasto turístico), como en la balanza comercial de bienes industriales y agroalimentarios (374,5 millones de euros de superávit).

 

Baleares asume un problema de origen interno

Balears encara la segunda mitad del año poniendo en relieve que su actual patrón de crecimiento basado, principalmente, en la acumulación de factores de producción (naturales, humanos, físicos…) está tocando techo. Un hecho que pone sobre la mesa de forma clara y explícita que el problema al que se enfrenta el Archipiélago no es de origen externo –los nuevos máximos históricos anotados en el número de visitantes, el gasto turístico y la ocupación durante julio confirman la fortaleza de la demanda, sino interno y, más concretamente, de las dificultades estructurales que presenta el Archipiélago para aprovechar los esfuerzos de acumulación y los volúmenes de actividad.

A nivel europeo y mundial, se confirma el inicio de la desescalada de los tipos de interés. El Banco Central Europeo ha corroborado en su última reunión del 12 de septiembre el cambio de ciclo en la política monetaria iniciado a mediados de junio, al aprobar un nuevo recorte en el precio del dinero de 25 puntos básicos y dejarlo en el 3,5%. Con este movimiento, muestra su confianza en que el proceso de control de la inflación avanza a buen ritmo y deja entrever que ha llegado el momento de apoyar la actividad económica. En una línea similar, la Reserva Federal americana confirmó la intención de empezar a recortar los tipos de interés a partir de septiembre, dejando claro que una vez avanzada la batalla contra la inflación toca centrar la atención en la actividad y el empleo.

En el contexto internacional el principal aspecto que sigue preocupando es un escenario geopolítico desafiante con diferentes conflictos armados activos. No obstante, cabe esperar que la persistente fortaleza del mercado de trabajo, la paulatina moderación de la inflación, así como la recuperación de las rentas reales y el avance en el nuevo ciclo de relajación de la política monetaria sigan brindando soporte a la actividad económica durante los próximos trimestres a escala global. Las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional a mediados de julio confirman la tendencia a la aceleración de la economía mundial de cara a 2025 (3,3% vs 3,2%, 2024). Una progresión que se explica por la mejora prevista para el conjunto de las economías avanzadas (1,8% vs 1,7%, 2024), especialmente en la zona del euro (1,5% vs 0,9%, 2024) y a la que no se espera contribuya la economía española, la única entre las principales economías comunitarias para la que se prevé un debilitamiento de cara al próximo año (2,1% vs 2,4%, 2024).

La economía balear creció un 3% en el primer trimestre de 2024, superando las expectativas

  • La senda de crecimiento se fortalece sobre la robustez del mercado de trabajo y el descuento de un nuevo escenario de bajada de tipos de interés
  • Por Islas, Ibiza y Formentera recuperó el liderazgo regional al impulsar su balance (3,6% vs 2,7%, 4º trim 2023) por encima de Mallorca (3% vs 2,9%, 4ºtm.) y Menorca, la única isla que redujo su ritmo (1,3% vs 1,8%, 4ºtm.)

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al primer trimestre de 2024, que señala que la economía de Balears creció de enero a marzo un 3%, acelerando dos décimas el ritmo de avance del último trimestre de 2023 (2,8%). La economía de Balears supera de nuevo las expectativas en un contexto internacional donde buena parte de los riesgos a la baja continúan vigentes como consecuencia de la persistencia de unos niveles de inestabilidad geopolítica extraordinarios.

La economía de Balears se asimila al de los países de su entorno competitivo más inmediato, que también fortalecen sus sendas de crecimiento gracias a los vientos favorables que impulsaron la economía mundial de enero a marzo. La fortaleza del mercado de trabajo y el progresivo descuento del inicio de una nueva etapa de relajación monetaria —cada vez más inminente ante los avances en el proceso de control de la inflación, especialmente en el viejo continente—, favorecieron la aceleración del crecimiento tanto en el conjunto de España (2,4% vs 2,1%, 4º trim.) como de la Unión Europea (0,4% vs 0,2%, 4º trim.). Así, dos de cada tres economías europeas fortalecieron su crecimiento —Lituania (2,9% vs 0,1%, 4º trim.), Hungría (1,7% vs 0,5%, 4º trim.) o Francia (1,1% vs 0,8%, 4º trim.)— y tres de cada cuatro lo mantuvieron positivo —Portugal (1,5% vs 2,1%, 4º trim.), Bélgica (1,3%, ambos trimestres) o Italia (0,7%, ambos trimestres)—, un hecho que no logró Alemania (-0,2%, ambos trimestres).

Por territorios, Ibiza y Formentera aprovecharon mejor el empuje de los servicios y la construcción para recuperar el liderazgo regional (3,6% vs 2,7%, 4º trim.) por encima de Mallorca (3% vs 2,9%, 4º trim.). Por el contrario, Menorca fue la única isla ajena a la aceleración general y vio reducido su ritmo al inicio de año (1,3% vs 1,8%, 4º trim.).

Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear consolidó durante el primer trimestre el crecimiento en todos los sectores de actividad. Así, el sector servicios logró capitalizar el final de la campaña de Navidad durante enero y el buen balance durante la Semana Santa a finales de marzo, impulsando su crecimiento hasta el 3,1% (vs 2,9%, 4º trim.).

Al mismo tiempo, la construcción fue donde se más se evidenció la tendencia a la aceleración al ampliar el crecimiento hasta el 3,3% (vs 2,7%, 4º trim.) en un contexto global francamente volátil. Por su parte, la industria se mantuvo, por sexto trimestre consecutivo, como el ámbito de actividad más débil, al anotar un avance del 1,3% entre los meses de enero y marzo (vs 1,3%, 4º trim.), claramente afectada por una nueva moderación de la demanda externa.

En sintonía con la mejora de la actividad, el empleo intensificó también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre los meses de enero y marzo (3,9% vs 3,2%, 4º trim.), un mayor dinamismo que la media nacional (2,7% vs 2,7%, 4º trim.). De hecho, los 535.378 trabajadores de alta en la Seguridad Social a finales de marzo constituyen un nuevo máximo de la serie histórica para esta época y suponen cerrar el primer trimestre de 2024 con una cifra de trabajadores similar a la que se alcanzaba en plena temporada de verano tan solo ocho años atrás (535.866, julio 2016). Así, el desempleo se redujo hasta el 5,8% de la población activa (vs 6,1%, 4º trim.), un porcentaje por debajo de la media nacional (11,7% vs 11,7%, 4º trim.) y la tasa de paro más baja de toda la serie histórica en esta época del año.

En la demanda, el consumo privado mantuvo la tendencia a la aceleración iniciada en el trimestre anterior (2,9% vs 2,8%, 4º trim.), después que la robustez del mercado de trabajo y la paulatina moderación de la inflación sustentara el gasto familiar y los buenos datos de afluencia turística cosechados durante Semana Santa impulsaran el gasto de los no residentes. Paralelamente, la inversión se postuló nuevamente como la fracción de la demanda interna que más fortaleció su avance los tres primeros meses del año (2,4% vs 1,8%, 4ºtrim.), impulsada por el mayor empuje de la inversión en construcción, pero también por la mejora de las expectativas empresariales de cara a la temporada de verano.

 

Ante el reto de capitalizar una temporada previsiblemente de récord

Baleares afronta el verano con el objetivo de capitalizar una temporada turística previsiblemente de récord. Y es que, tras el primer recorte de 25 puntos básicos en el precio del dinero aprobado el 6 de junio por el Banco Central Europeo iniciando el esperado proceso de relajación monetaria, se espera que la recuperación de la capacidad de gasto de familias y empresas fortalezca tanto la senda de crecimiento del Archipiélago como de sus principales mercados emisores.

En este contexto, el principal aspecto que preocupa en el panorama internacional a corto plazo es el impacto que la mayor resistencia a la baja de los precios en la llamada ‘última milla’ de la lucha contra la inflación pueda acabar afectando al bolsillo de los consumidores. De hecho, la última información disponible apunta que el IPC ha intensificado nuevamente el ritmo de escalada en mayo tanto en el Archipiélago (3,8% vs 3,1%, 1º trim.) como a escala nacional (3,6% vs 3,1%, 1º trim.) y en la zona del euro (2,6% vs 2,4%, abril).).

Sin duda, el balance más o menos favorable en la capacidad de gasto de familias y empresas que se desprenda del efecto positivo provocado por la reducción de la factura de capital y, del efecto negativo derivado de la persistencia de un proceso de encarecimiento de los precios finales marcará el devenir de las diferentes economías del panorama mundial en los próximos trimestres. Así lo recogen, de hecho, las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional en abril, que apuntan a una ligera revisión al alza del ritmo de avance de la economía mundial para 2024 (3,2%; +0,1pp, respecto de enero) más intensa para el conjunto de economías avanzadas (1,7%; +0,2pp, respecto de enero), y particularmente acusada para España (2,1%; +0,4pp, respecto de enero).

La pérdida de productividad impide que el crecimiento del 4% de la economía de Baleares durante 2023 se refleje en la calidad de vida y el bienestar

  • La economía balear creció un 2,8% el último trimestre de 2023 saldando un balance anual mejor de lo esperado
  • Esta favorable evolución del crecimiento esconde, no obstante, una nueva caída de la productividad, como refleja el hecho que la ocupación creciera durante 2023 (4,6%) a un ritmo superior al de la actividad (4%)

  

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al último trimestre de 2023, que señala que la economía de Balears creció un 2,8% de octubre a diciembre, tasa idéntica a la del trimestre anterior que, no obstante, permite dar completamente por cerrado el ‘agujero’ que provocó la pandemia (+0,6% vs -0,4%, 3º trim.). Con este resultado, Balears cerró el balance del ejercicio anterior por encima de las previsiones efectuadas hasta alcanzar un crecimiento del 4,0% (vs 11,3%, 2022).

Este constante crecimiento esconde, no obstante, una nueva pérdida de la productividad, como refleja que la ocupación creciera durante 2023 (4,6%) a un ritmo superior al de la actividad (4,0%). Así, la baja productividad sigue lastrando el crecimiento balear, pues antepone la acumulación al aprovechamiento de los factores productivos (recursos naturales, humanos y de capital). En este sentido, cabe recordar que menos de una décima parte del crecimiento económico acumulado por el Archipiélago desde comienzos de siglo (30,7%) se explica por ganancias de productividad (1,6%), una proporción muy inferior a la observada a nivel europeo dónde las ganancias de productividad por ocupado (18,5%) contribuyen a más de la mitad del crecimiento acumulado (35,1%).

Esta pérdida o baja productividad pone en riesgo parámetros fundamentales de calidad de vida y bienestar, dadas las implicaciones que tiene para el trabajo decente, la creación de empleo y el desarrollo empresarial sostenible. En estas condiciones, resulta difícil sostener a largo plazo un incremento nominal de los costes laborales por encima de la productividad, tal y como ha ocurrido durante el período 2000-2022 (72,4% y 66,7%, respectivamente).

La consolidación de la senda de crecimiento de la economía balear se asemeja a la observada en buena parte de su entorno competitivo más inmediato. Así, la economía española también logró reforzar su crecimiento durante el cuarto trimestre de 2023 (2,0% vs 1,9%, 3º trim.), como el conjunto de la Unión Europea (0,2% vs 0,1%, 3º trim.) y algunas de sus principales economías —Bélgica (1,5% vs 1,4%, 3º trim.), Francia (0,7% vs 0,6%, 3º trim.), Italia (0,6% vs 0,5%, 3º trim.) o Alemania (-0,2% vs -0,3%, 3º trim.)—. Con todo, Europa saldó el año anterior (0,5% vs 3,5%, 2022) exhibiendo, también, un comportamiento mejor del esperado por la propia Comisión Europea (a finales de 2022 preveía un0,3%).

Por territorios, la economía menorquina registró el menor crecimiento como consecuencia del menor empuje de los servicios (1,8% vs 2,4% 3º trim.), por debajo de Ibiza y Formentera (2,7% vs 3,0% 3º trim.) y de Mallorca (2,9% vs 2,7% 3º trim.). En el balance anual, todas las Islas se situaron por encima de los niveles de actividad prepandemia, si bien la economía de Ibiza y Formentera registró el mayor dinamismo (4,3% vs 13,4%, 2022) frente a Mallorca (4,0% vs 10,9%, 2022) y Menorca (3,3% vs 10,5%, 2022).

Desde el punto de vista de la oferta, el sector servicios, aprovechando el alargamiento de la temporada turística y el inicio de la campaña de Navidad, tuvo un crecimiento del 2,9% durante el cuarto trimestre, dando por saldado finalmente el diferencial respecto de los niveles prepandemia (+0,9% vs -0,7%, 3º trim.). Así, los servicios cerraron el año con un crecimiento medio del 4,3% (vs 12,4%, 2022), confirmándose como el principal soporte del crecimiento regional a lo largo de todo 2023.

Paralelamente, la industria intensificó en la recta final del año su crecimiento en un contexto global poco favorable (1,3% vs 0,5% 3º trim.), aunque ello no impidió que fuera el sector que menos creció en el conjunto del año (1,2% vs 3,3% construcción; 4,3% servicios). Por su parte, la construcción cerró 2023 fortaleciendo de forma significativa su aumento con un 2,7% (vs 1,2% 3º trim.). El balance anual (3,3% vs 1,9%, España) confirmó que el sector operó, todo el año pasado, por encima de los niveles de actividad prepandemia (+2,9%), un hito que todavía no se ha observado desde la óptica estatal (-11,0%).

Prueba de todo ello es que la vigencia de la creación de empleo entre los meses de octubre y diciembre (3,2% vs 4,3%, 3º trim.), situó el número total de trabajadores en activo a cierre del ejercicio (469.520) en el nivel más elevado de toda la serie histórica. De hecho, superando los 491.000 trabajadores en alta de media en el cuarto trimestre, la tasa de paro registrado se situó en el 5,8% (+1,3 puntos por encima del tercer trimestre), la más baja de los últimos veinte años para esa época del año.

Desde la óptica de la demanda, el consumo privado aprovechó tanto el buen balance turístico como la resistencia del gasto familiar, impulsado por un nuevo avance de los salarios y la moderación de la inflación, para cerrar el cuarto trimestre con un avance del 2,8% (vs 2,5% 3º trim.). Al mismo tiempo, la demanda de inversión se mantuvo, un trimestre más, como la fracción más débil de la demanda interna, si bien la incipiente reducción de los tipos de interés y la mejora de las expectativas empresariales ayudaron a fortalecer su crecimiento a lo largo de los últimos tres meses del ejercicio, con un avance del 1,8% (vs 1,3% 3º trim.).

 

La inflación marcará la recuperación de la capacidad de gasto de familias y empresas

Baleares afronta la primera mitad de 2024 en un contexto global que dificulta la senda de crecimiento y en el que, todo parece indicar, retomará la tendencia a la desaceleración de la actividad. Preocupa especialmente la llamada ‘última milla’ de la lucha contra la inflación, ya que, si bien se ha avanzado en el proceso desinflacionista, se espera que en el corto y el medio plazo el ritmo de encarecimiento de los precios continue por encima del objetivo (2%). De hecho, el IPC ha moderado su ritmo de desescalada durante enero (3,4%) y febrero (2,6%) no solo en el Archipiélago o a nivel nacional (3,4% y 2,8%, respectivamente), sino también en el ámbito comunitario (3,1% y 2,8%, respectivamente) y americano (3,1% y 3,2%).

En este contexto, sin duda, el mayor o menor éxito en esta etapa final de control de la inflación marcará la evolución de las diferentes economías del panorama mundial en los próximos trimestres y dependerá, en gran parte, la recuperación de la capacidad de gasto de familias y empresas. Así lo recogen las nuevas previsiones de crecimiento publicadas por el Fondo Monetario Internacional a finales de enero, que apuntan al mantenimiento del ritmo de avance de la economía mundial durante este 2024 (3,1% vs 3,1%, 2023). Así pues, se espera que el ligero debilitamiento de las economías avanzadas (1,5% vs 1,6%, 2023), se vea compensado por la conservación de mayores dosis de dinamismo en las economías emergentes (4,1% vs 4,1%, 2023). Dentro del primer grupo, destaca también la marcada debilidad del crecimiento pronosticada para el conjunto de la zona del euro (0,9% vs 0,5%, 2023) como la moderación del crecimiento previsto para España (1,5% vs 2,4%, 2023).

Esta tónica de desaceleración se espera que tenga continuidad también a lo largo de 2025, una circunstancia que de nuevo invita a revisar el patrón de crecimiento desde el impulso de la productividad como única forma de mantener a largo plazo el marcador de crecimiento de las Islas cerca de su nivel potencial. No se puede obviar que el acercamiento a los niveles de saturación y el freno de la demanda europea dejará cada vez más patente el agotamiento de la vía del volumen como fuente de crecimiento balear.

La economía de Balears creció un 2,8% durante el tercer trimestre de 2023 situando los niveles de actividad cerca de máximos históricos

  • El empuje del turismo en verano permitió a Menorca ser la primera isla en cerrar por completo el ‘agujero’ que dejó la pandemia; el resto del Archipiélago lo ha hecho progresivamente
  • Las Pitusas son las que más crecieron de julio a septiembre de este año (3%) frente a Mallorca (2,7%) y Menorca (2,4%)
  • Planas: “Baleares puede mantener en 2024 un comportamiento mejor que el de su entorno si la temporada turística se asemeja a la última”

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al tercer trimestre de 2023, que señala que la economía de Balears creció un 2,8% de julio a septiembre, a pesar de la complejidad que sigue caracterizando el contexto internacional. Esta tasa, que recorta 1,1 puntos porcentuales el crecimiento del trimestre anterior (3,9%), permite gracias al empuje estival dar prácticamente por cerrado el ‘agujero’ que provocó la pandemia (-0,4% vs -2,3%, 2º trim.) y situar los niveles de actividad de las Islas cerca de máximos históricos. El Archipiélago sigue en fase de desaceleración, que se prolongará los próximos trimestres. “Nuestra capacidad y fortaleza turística hace que, por fin, este 2023 cerremos la brecha que dejó la pandemia”, señala Carmen Planas, presidenta de CAEB.

La economía de Balears ha continuado mostrando un mayor dinamismo respecto a su entorno fruto del mayor peso de los servicios vinculados al turismo y la hostelería en la estructura productiva regional, especialmente durante los meses de verano. No en vano, la senda de crecimiento ha continuado deteriorándose tanto en el conjunto de la economía española (1,8% vs 2,0%, 2º trim.) como, especialmente, en la Unión Europea (0,0% vs 0,5%, 2º trim.). Así, tres de cada cuatro economías europeas han desacelerado la actividad entre julio y septiembre —como Francia (0,6% vs 1,2%, 2º trim.) o Italia (0,1% vs 0,3%, 2º trim.)—, y más de un tercio han crecido en negativo —Irlanda (-5,6% vs -0,4%, 2º trim.), Suecia (-1,4% vs -0,4%, 2º trim.), Alemania (-0,4% vs 0,1%, 2º trim.) o Países Bajos (-0,4% vs -0,1%, 2º trim.).

Territorialmente, todas las Islas han desacelerado de julio a septiembre, si bien Eivissa y Formentera volvieron a registrar un balance más favorable al impulsar su economía (3,0% vs 4,3%, 2º trim.) por encima de Mallorca (2,7% vs 3,9%, 2º trim.) y Menorca (2,4% vs 3,2%, 2º trim.). Con todo, Menorca se ha erigido en la primera isla balear en cerra por completo el diferencial negativo respecto de los niveles de actividad prepandemia (+0,0%), un hito que los meses de verano aún no lograron ni la economía mallorquina (-0,3%) ni la pitiusa (-1,1%).

Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear ha moderado durante el tercer trimestre la senda de crecimiento en todos los sectores de actividad. Así, el sector servicios, que se ha consolidado como el principal motor del crecimiento registrando un avance del 3,1% (vs 4,2%, 2º trim.), después de capitalizar un verano de récord en el ámbito turístico.

Paralelamente, la industria se ha mantenido como el ámbito de actividad más débil, al rebajar su crecimiento hasta el 0,5% (vs 1,0%, 2º trim.), afectada por el endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y la moderación de la demanda, especialmente en su vertiente externa. Al mismo tiempo, la construcción ha evidenciado de forma más acusada la moderación de la actividad, al recortar el crecimiento hasta el 1,2% (vs 3,3%, 1º trim.).

El ritmo de creación de empleo se ha reducido también entre julio y septiembre (4,3% vs 5,3%, 2º trim.), aunque por encima del nivel nacional (2,9% vs 2,7%, 2º trim.). De hecho, la mayor fortaleza del empleo ha llevado a las islas a cerrar el mes de julio con el mayor número de trabajadores en activo de toda su historia —cifrado en 632.152 trabajadores—, un nuevo récord que, puesto en perspectiva, supone ampliar en más de 167.000 efectivos en relación a 10 años atrás. Todo ello ha rebajado la incidencia del desempleo hasta el 4,5% de la población activa (vs 4,7%, 2º trim.), tasa que no solo rebaja la media española (11,5% vs 11,7%, 2º trim.), sino que se sitúa como la más reducida de toda la serie histórica.

Desde la óptica de la demanda, durante el tercer trimestre el consumo privado se ha mantenido como la facción más dinámica de la demanda interna (2,2% vs 2,6%, 2º trim.), gracias al sólido desempeño de la actividad turística, en un contexto en el que la capacidad de gasto familiar ha seguido bajo la presión de la inflación. Al mismo tiempo, el continuo endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y la persistente incertidumbre han continuado lastrando la demanda de inversión (1,3% vs 1,8%, 2º trim.).

 

Nueva etapa, sigue la desaceleración

Una vez normalizados los niveles de actividad prepandemia y desvanecido el efecto base, Balears afronta la recta final del año abriendo una nueva etapa en la que, necesariamente, deberá renovar los factores que hasta la fecha han impulsado el crecimiento regional para garantizar una senda más equilibrada y sostenible a corto y medio plazo. Y es que, en un contexto global plagado de riesgos a la baja, dominado por la persistente inflación y el continuo encarecimiento del acceso a la financiación, todo apunta a que la economía balear seguirá desacelerándose durante los próximos trimestres. De esta forma, el encarecimiento de los precios continuará marcando del devenir de la economía con una inflación por encima del objetivo del BCE (2%) en el corto y el medio plazo y seguirá mermando, de esta forma, el poder adquisitivo de los consumidores. No en vano, el IPC ha seguido al alza durante octubre (3,8%) y noviembre (3,6%) no solo en el Archipiélago, sino también a escala nacional (3,5% y 3,2%, respectivamente) y europea (3,6% y 3,1%, respectivamente).

Ante este panorama, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal mantienen sin cambios los tipos de interés tras sus reuniones de octubre y diciembre. El retraso con que las subidas de tipos se acaban transmitiendo a la economía real, continuará restringiendo las condiciones de acceso a la financiación y frenando la demanda en las economías en los próximos trimestres. Así, las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional a finales de octubre confirman una tendencia a la moderación de la economía mundial durante el presente ejercicio (3,0% vs 3,5%, 2022) y el siguiente (2,9%), particularmente acusada para el conjunto de la zona del euro (0,7% y 1,2%, respectivamente) —territorio en el que sobresale el mayor dinamismo previsto para España (2,5% y 1,7%, respectivamente).

La economía de Balears creció un 3,9% durante el segundo trimestre de 2023 volviendo a la fase de desaceleración

  • El ritmo de crecimiento económico sigue la estela de ralentización marcada todo el 2022 tras el breve paréntesis que se produjo de enero a marzo
  • Balears sigue recortando el ‘agujero’ que dejó la pandemia y se sitúa a -2,4 puntos porcentuales por debajo de los niveles de actividad prepandemia
  • Las Pitusas son las que más crecieron de abril a junio de este año (4,3%) frente a Mallorca (3,9%) y Menorca (3,2%)
  • Planas: “El buen inicio de la temporada turística nos ha permitido mantenernos mejor que nuestro entorno competitivo”

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al segundo trimestre de 2023, que señala que la economía de Balears creció un 3,9% de abril a junio. Esta tasa, aunque recorta 2,5 puntos porcentuales el crecimiento experimentado el trimestre anterior (6,4%), permite rebajar el ‘agujero’ arrastrado por Baleares desde la pandemia camino de los niveles de actividad de 2019 (-2,4% vs -3,2%, 1º trim.). De esta forma el Archipiélago se sitúa de nuevo en la fase de desaceleración que ya mantuvo todo 2022 y cierra el breve paréntesis al alza que abrió durante los primeros tres meses del año. “El buen inicio de la temporada turística nos ha permitido mantenernos mejor que el resto de nuestro entorno competitivo”, señala Carmen Planas, presidenta de CAEB.

La economía de Balears ha secundado la tendencia a la baja que han señalado las principales economías europeas, tanto en el conjunto de la economía española (1,8% vs -4,2%, 1º trim.) como de la Unión Europea (0,4% vs 1,1% 1º trim). En Europa, esta desaceleración se dejó sentir entre las principales economías como Italia (0,4% vs 2,0%, 1º trim.) o Bélgica (0,9% vs 1,3%, 1º trim.) e, incluso, algunas entrando en terreno negativo como Alemania (-0,1% vs         -0,3% 1º trim), Países Bajos (-0,1% vs 2,1%, 1º trim.) o Polonia (-1,4% vs 0,6%, 1º trim.).

Territorialmente, todas las Islas regresaron a la senda de desaceleración de abril a junio, si bien Eivissa y Formentera volvieron a registrar un balance más favorable al impulsar su economía (4,3% vs 7,1%, 1º trim.) por encima de Mallorca (3,9% vs 6,3%, 1º trim.) y Menorca (3,2% vs 5,8%, 1º trim.). Menorca y Mallorca son las islas que se encuentran más cerca en el proceso de normalización de los niveles de actividad prepandemia (-2,2%).

Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear moderó durante el segundo trimestre el crecimiento en todos y cada uno de los sectores de actividad, lastrados por un contexto internacional en el que el balance de riesgos sigue claramente a la baja. En este sentido, el sector servicios vuelve a erigirse como el principal motor de la economía y registró un avance del 4,2% (vs 6,8%, 4º trim.) aprovechando el buen tono de actividad en el ámbito turístico en el periodo de Semana Santa y el inicio de la temporada de verano, donde se produjeron nuevos máximos históricos en la mayoría de los indicadores económicos.

Por su parte, la construcción se mantiene por segundo trimestre consecutivo como el único sector económico de Baleares con una actividad por encima de los niveles prepandemia al registrar un crecimiento del 3,3% (vs 5,8%, 1º trim.). Por el contrario, la industria es el sector donde más se hizo patente el debilitamiento de la senda de crecimiento al moderarlo hasta el 1,0% (vs 1,9%, 1º trim.), claramente perjudicada por los condicionantes globales y, especialmente, por el repentino deterioro de la demanda externa.

A pesar de la moderación de la actividad, el empleo mantuvo el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre abril y junio (5,3% vs 5,4%, 1º trim.) y siguió evidenciando un mayor empuje que a nivel nacional (2,7% vs 2,6%, 1º trim.). De hecho, los 623.732 trabajadores que se encontraban en la Seguridad Social a finales de junio constituyen un nuevo máximo de la serie histórica para esta época del año (608.132 en junio de 2022), y suponen cerrar el segundo trimestre de 2023 con una tasa de desempleo del 4,7% (vs 6,9%, 1º trim.).

Sin embargo, ni la robustez del mercado de trabajo ni el buen arranque de la temporada turística fueron suficientes para evitar que el consumo privado mantenga la tendencia a la moderación (2,6% vs 4,7%, 1º trim.), arrastrado tanto por la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante los últimos años como por las expectativas de moderación de la actividad económica ligadas al endurecimiento de la política monetaria.

Desde el lado de la demanda, lo más preocupante ha sido la pérdida de fuelle de la inversión (1,1% vs 3,2%, 1º trim.), debido al continuo endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y del deterioro de las expectativas empresariales. A ello se suman las primeras señales de atonía de la demanda externa, futo de la ralentización del crecimiento de nuestros principales socios comerciales y de la moderación del ritmo de avance del sector turístico tras haber recuperado sus cuotas de actividad prepandemia.

El riesgo de inflación alta sigue lastrando a empresas y consumidores

Balears afronta la segunda mitad del 2023 en un contexto global que dificulta el sostenimiento del crecimiento, por lo que cabe esperar que la economía balear siga desacelerando. No obstante, esta senda de crecimiento seguiría situándose por encima de la de su entorno competitivo gracias a la fortaleza de los niveles de empleo y porque las Islas cuentan con el soporte turístico, que durante la temporada alta se está caracterizando por volúmenes de actividad récord.

Durante los próximos meses, la economía balear deberá seguir navegando en un contexto en que la inflación se mantendrá por encima del objetivo del BCE (2%) y seguirá mermando el poder adquisitivo de los consumidores. No en vano, el IPC ha seguido repuntando con fuerza durante los meses de julio (3%) y agosto (3,1%), al igual que nivel nacional (2,3 y 2,6%, respectivamente) y europeo (6,1% y 5,9%, respectivamente). La elevada inflación sigue vigente prácticamente dos años después de su estallido.

Ante este panorama, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal se han mantenido firmes en su afán de preservar la estabilidad de precios acordando nuevas alzas de los tipos de interés, aunque han moderado su discurso dejando entrever que se ha llegado a un punto de inflexión en términos de política monetaria. Aun así, las medidas adoptadas hasta la fecha seguirán endureciendo las condiciones de acceso a la financiación y, consecuentemente, frenando la demanda en las diferentes economías mundiales. Así las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional publicadas en julio confirman una tendencia a la moderación del ritmo de avance de la economía mundial este 2023 (3,0% vs 3,5% en 2022) y más acusado en la zona euro (0,9% vs 3,5% en 2022), territorio en el que sobresale el mayor dinamismo previsto para España (2,5% vs 5,5% en 2022).

La economía de Balears creció un 6,4% durante el primer trimestre de 2023 abriendo un paréntesis en la fase de desaceleración

  • La ralentización del crecimiento económico marcada todo el 2022 se detuvo de enero a marzo al aumentar un +0,3% (de octubre a diciembre avanzó un 6,1%) ante la relajación de algunos de los condicionantes globales
  • Balears sigue recortando el ‘agujero’ que dejó la pandemia y se sitúa a -3,2 puntos porcentuales por debajo de los niveles de actividad prepandemia
  • Las Pitusas son las que más crecieron de enero a marzo de este año (7,1%) frente a Mallorca (6,3%) y Menorca (5,8%)
  • Planas: “Si sigue esta tendencia, a finales de 2023 acabaremos por recuperar todo el PIB que la economía balear tenía en 2019”

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público hoy el informe Evolución Económica correspondiente al primer trimestre de 2023, que señala que la economía de Balears creció un 6,4% de enero a marzo. Esta tasa muestra una aceleración de 0,3 puntos porcentuales respecto del ritmo de avance del trimestre anterior (6,1%) y una mejora del ‘agujero’ que sigue arrastrando Baleares de los niveles de actividad prepandemia (-3,2% vs -4,2%, 4º trim.). Con todo, el Archipiélago estrenó el nuevo ejercicio con un balance económico mejor de lo esperado y escapa en este arranque de año de la tendencia a la desaceleración que parecía inevitable hace solo unos meses.

La economía de Balears ha asimilado su perfil al de la española, que también fortaleció su senda de crecimiento de enero a marzo (3,8% vs 2,9%, 4º trim.) y consiguió revertir, definitivamente, el ‘agujero’ negativo que acumulaba respecto de los niveles de actividad prepandemia (+0,7% vs -0,6%, 4º trim.). Todo dentro de un entorno en que la aceleración del crecimiento se dejó sentir entre algunas de las principales economías europeas —Italia (1,9% vs 1,5%, 4º trim.) o Francia (0,9% vs 0,6%, 4º trim.)— y en EE. UU. (1,6% vs 0,9%, 4º trim.).

Territorialmente, todas las Islas pudieron sortear la desaceleración, si bien Eivissa y Formentera fueron el máximo exponente del paréntesis abierto en el Archipiélago, pues impulsaron su economía del primer trimestre hasta el 7,1% (vs 5,5%, 4º trim.) por encima de Mallorca (6,3% vs 6,2%, 4º trim.) y Menorca (5,8% vs 5,3%, 4º trim.). Este mejor comportamiento pitiuso se ha producido en un contexto en el que, por segundo trimestre consecutivo, es el territorio insular que se encuentra más cerca de recuperar los niveles de actividad pre-COVID (-1,7%), por delante de Menorca (-2,3%) y Mallorca (-3,5%).

Desde el punto de vista de la oferta destaca que todos y cada uno de los sectores de actividad lograron sortear un contexto internacional en el que el balance de riesgos sigue a la baja. En este sentido, el sector servicios registró un avance del 6,8% (vs 6,5%, 4º trim.) y aprovechó la finalización de la primera campaña de Navidad sin restricciones, así como el efecto base que todavía deriva de las restricciones vigentes un año atrás, para empujar su crecimiento y avanzar hacia la completa normalización de la actividad.

Paralelamente, la industria amplió su crecimiento hasta el 1,9% (vs 1,6%, 4º trim.), favorecida por la progresiva relajación de los cuellos de botella en las cadenas globales de suministros y la moderación de los costes de producción. De igual forma, la construcción se benefició de la paulatina disolución de los problemas globales de abastecimiento y de la incipiente moderación del precio de las materias primas para seguir intensificando el ritmo de avance del trimestre precedente (5,8% vs 5,6%, 4º trim.) y mantenerse, así, como el único sector capaz de sostener su actividad por encima de los niveles prepandemia.

En sintonía con la mejora de la actividad, el empleo intensificó también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre enero y marzo (5,4% vs 3,4%, 4º trim.) y siguió evidenciando un mayor empuje que a nivel nacional (2,6% vs 2,9%, 4º trim.). De hecho, los 510.932 trabajadores que se encontraban en la Seguridad Social a finales de marzo constituyen un nuevo máximo de la serie histórica para esta época del año, y suponen cerrar el primer trimestre de 2023 con una cifra de trabajadores superior a la que se llegaba en plena temporada de verano hace menos de una década (499.299, promedio junio-agosto 2015).

De lado de la demanda, la demanda externa amplió su aportación positiva en la parte inicial del año gracias al récord anotado en la exportación de servicios turísticos y al mantenimiento del superávit en la balanza de bienes industriales y agroalimentarios. Esto permitió compensar una nueva pérdida de fuelle de la demanda interna, en la que el descenso de los precios energéticos y la fortaleza del mercado laboral no pudieron evitar la desaceleración del consumo privado que sufre desde el segundo trimestre de 2022 (4,7% vs 5,6%, 4º trim.).

La persistencia de la inflación, la elevada incertidumbre y el endureciendo las condiciones de acceso a la financiación han continuado penalizando no solo las decisiones de consumo de familias y empresas, sino también las de inversión. Prueba de ello es que la demanda de inversión estrenó 2023 ahondando en la moderación iniciada en la parte final de 2022 (3,2% vs 5,9%, 4º trim.), después que el efecto positivo derivado de la normalización en las cadenas globales de suministros y de la incipiente moderación de la inflación haya sido anulado, con creces, por la fuerte escalada de los costes financieros y la elevada dosis de incertidumbre.

Los riesgos a la baja amenazan con empañar una temporada alta de récord

Balears afronta el verano con el objetivo de seguir avanzando en la etapa de normalización de la actividad prepandemia. Y es que, tras el paréntesis que este primer trimestre del año ha abierto en la etapa de desaceleración, todo apunta a que la economía balear dará continuidad a la tendencia a la moderación del ritmo de crecimiento como consecuencia, fundamentalmente, del impacto en el bolsillo de los consumidores fruto de una inflación elevada más persistente, del impacto del aumento de los costes de financiación para familias y empresas y del mantenimiento de elevadas dosis de incertidumbre. A este fin se espera que contribuya de forma decisiva el sector turístico, especialmente durante un período estival que afronta con perspectivas renovadas, después de una Semana Santa que se ha saldado con un balance claramente favorable.

Durante los próximos meses, la economía balear deberá seguir navegando en un contexto en que la inflación se mantendrá por encima del objetivo del BCE (2%) y los ‘efectos de segunda ronda’ mantendrán la tasa subyacente en niveles elevados. No en vano, el IPC ha seguido repuntando con fuerza durante los meses de abril y mayo a escala europea (8,1% y 7,1%, respectivamente), nacional (4,1% y 3,2%, respectivamente) y autonómica (4,6% y 3,8%).

Ante este panorama, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal ya han allanado el camino para futuras alzas de los tipos de interés en la segunda mitad del año, advirtiendo que el ajuste monetario todavía no ha concluido. Así las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional publicadas en abril apuntan a una leve revisión a la baja del ritmo de avance de la economía mundial –tanto para 2023 (2,8%; -0,1pp, respecto de enero) como para 2024 (3,0%; -0,1pp, respecto de enero)– y al alza para el conjunto de economías avanzadas –en este caso, solo para 2023 (1,3%; +0,1pp, respecto de enero)–, especialmente para España (1,5%; +0,4pp, respecto de enero).

La economía de Balears creció un 6,1% el último trimestre de 2022, lo que no evitó que siga a -4,2% del nivel prepandemia

  • La ralentización económica de octubre a diciembre dejó el avance de todo el ejercicio anterior en el 11,2%
  • Pese a la elevada inflación, el alza de tipos de interés y la incertidumbre global, las empresas de las Islas resistieron los meses post temporada
  • Las previsiones de crecimiento del FMI apuntan a una moderación del ritmo de avance de la economía mundial en 2023, especialmente acusada para las economías avanzadas, entre ellas la UE y España (1,1% vs 5,2%, 2022).
  • Planas: “Si no tenemos nuevos sobresaltos, creemos que durante 2023 la economía balear acabará por recuperar todo el PIB que tenía en 2019”

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe ‘Evolución Económica’ correspondiente al cuarto trimestre de 2022, que señala que la economía de Balears creció un 6,1% de octubre a diciembre. Esta tasa recorte 4,8 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (10,8%) y reduce el ‘agujero’ que sigue arrastrando Baleares de los niveles de actividad prepandemia (-4,2% vs -7,4%, 3º trim.). Con este resultado, Balears cerró el balance anual 2022 con un avance del 11,2%, tasa que mejora los marcadores del ejercicio anterior (9,8%, 2021), pero que resta fuerza a las perspectivas de crecimiento de este 2023, después de dejar atrás la fase de expansión para dar paso a una nueva fase de desaceleración.

La economía balear se asemeja a buena parte de su entorno. No en vano la economía española moderó también su senda de crecimiento durante el cuarto trimestre (2,7% vs 4,8%, 3º trim.), de igual forma que lo ha hecho tanto el conjunto de la Unión Europea (1,7% vs 2,6%, 3º trim.) como algunas de sus principales economías —como son la italiana (1,4% vs 2,5%, 3º trim.), la alemana (0,9% vs 1,4%, 3º trim.) o la francesa (0,5% vs 1,0%, 3º trim.).

Insularmente, la economía de Mallorca anotó por primera vez un balance trimestral más favorable de octubre a diciembre de 2022 (6,3% vs 10,5%, 3º trim.) que los de Eivissa y Formentera (5,5% vs 13,2%, 3º trim.) y Menorca (5,4% vs 11,0%, 3º trim.). Un resultado que constata, por contra, que Mallorca sigue más rezagada en el proceso de recuperación de los niveles prepandemia (-4,3%) en comparación con Menorca (-3,0%) y con Pitiüses (-2,4%). El diferente dinamismo entre islas permite que el pitiuso siga siendo el crecimiento más intenso durante 2022 (13,8% vs 11,6%, 2021), en relación con el de Mallorca (11,0% vs 9,3%, 2021) y Menorca (10,8% vs 10,5%, 2021).

Desde la óptica de la oferta, la economía balear ha dado continuidad a la ‘etapa de normalización’ en todos los sectores, a pesar de un contexto global plagado de riesgos a la baja. En este sentido, el sector servicios registró un avance real en el último trimestre del 6,5% (vs 11,8%, 3º trim.) y se benefició del alargamiento de la temporada turística y de la primera campaña de Navidad sin restricciones para situar, de nuevo, el volumen de facturación por encima de los niveles prepandemia. Un balance que no ha arrojado el resultado esperado en términos de rentabilidad empresarial por el aumento de los costes, tanto financieros como de aprovisionamiento.

Al mismo tiempo, la industria consolidó su crecimiento positivo a pesar de haber moderado nuevamente el ritmo de avance hasta el 1,6% (vs 6,5% 3º trim.), lastrada por los cuellos de botella de las cadenas globales de suministro. En este contexto, la construcción se postuló como el único sector balear capaz de intensificar su senda de crecimiento por encima del trimestre anterior (5,8% vs 5,4% 3º trim.), después de sortear nuevamente los problemas globales de abastecimiento y encarecimiento de las materias primas.

En sintonía con la moderación de la actividad, el empleo recortó también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre los meses de octubre y diciembre (3,4% vs 9,8%, 3º trim.), si bien siguió mostrando una mayor fortaleza de la esperada tal y como corrobora su mayor dinamismo frente al conjunto nacional (2,9% vs 3,5%, 3º trim.). No en vano, el número total de trabajadores en alta en la Seguridad Social cerró 2022 en el nivel más elevado de toda la serie histórica para un mes de diciembre (454.582 trabajadores). Todo ello rebajó la incidencia del desempleo hasta el 6,7% de la población activa (vs 10,5%, 4º trim. 2021), una tasa que rebaja nuevamente la media española (12,4% vs 12,6%, 3º trim.).

Desde el lado de la demanda, el debilitamiento del crecimiento del consumo privado (5,6% vs 9,8%, 3º trim.) se erigió en el principal factor de la moderación del ritmo de crecimiento durante el cuarto trimestre. Y es que, la persistencia de la espiral inflacionista —con un avance promedio de los precios del 6,4% durante el cuarto trimestre—, un contexto general de tipos de interés al alza y la elevada incertidumbre penalizan, cada vez más, la capacidad de compra y la propensión al consumo de residentes y no residentes.

Paralelamente, la mejora de las expectativas empresariales de cara al primer trimestre del año (7,6% vs 4,7%, 4º trim.) ante un balance económico mejor de lo esperado ha compensado el encarecimiento del acceso a la financiación y ha impulsado la demanda de inversión, tanto en la parcela productiva como en la de construcción.

 

Previsiones a la baja por la inestabilidad financiera

Las islas encaran la primera mitad del año en un contexto global de creciente incertidumbre en el que a la persistencia de la espiral inflacionista y el carácter marcadamente restrictivo de las decisiones de política monetaria de los últimos trimestres se ha sumado, este marzo, un escenario de creciente agitación en los principales mercados internacionales, fundamentalmente a raíz de la segunda mayor quiebra bancaria en EEUU, la de Silicon Valley Bank.  Y es que, aunque la inflación ha empezado a dar señales de moderación, el IPC ha continuado avanzando a un ritmo elevado durante los meses de enero y febrero, no solo en Balears (5,7% y 6,0%, respectivamente) sino también a escala nacional (5,9% y 6,0%, respectivamente) y europea (10,0% y 9,9%, respectivamente).

En este contexto, el repunte de la inestabilidad financiera promete contribuir, de forma totalmente inesperada, a la lucha contra la inflación de los principales bancos centrales a nivel global. Las tensiones que el encarecimiento de los precios finales sigue provocando en la capacidad de gasto y el consiguiente incremento de la factura de capital por parte de familias y empresas derivado de un escenario de tipos de interés e incertidumbre al alza, provocarán, inevitablemente, un deterioro de la economía de cara a los próximos trimestres. Así lo recogen, de hecho, las nuevas previsiones de crecimiento publicadas por el Fondo Monetario Internacional a finales de enero, y por tanto con anterioridad al estallido de las turbulencias bancarias, que apuntan a una moderación del ritmo de avance de la economía mundial durante el presente ejercicio (2,9% vs 3,4%, 2022), especialmente acusada para las economías avanzadas (1,2% vs 2,7%, 2022) y, más concretamente, para la zona del euro (0,7% vs 3,5%, 2022) y España (1,1% vs 5,2%, 2022).

La economía de Balears ralentiza su crecimiento (10,9%) y la elevada inflación impide alcanzar los niveles prepandémicos

  • El menor avance experimentado durante los meses de julio a septiembre respecto al trimestre anterior (14,1%) es insuficiente para reducir el agujero provocado por la crisis sanitaria, que se amplía al -7,4% respecto a 2019
  • Tras el primer verano sin restricciones y con una facturación al alza, la subida de precios ha reducido la rentabilidad empresarial
  • “Las correcciones a la baja del crecimiento de España para 2023, el deterioro de las principales economías europeas y la subida de los tipos de interés nos hacen ser cautos sobre la evolución de los próximos meses”, advierte Planas

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe ‘Evolución Económica’ correspondiente al tercer trimestre de 2022, que señala que la economía de Balears experimentó un crecimiento real del 10,9%. Esta tasa recorte 3,2 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (14,1%), casi 4 puntos en comparación con el mismo trimestre de 2021 (14,7%) y amplia, por primera vez, el diferencial que sigue separando Balears de los niveles de actividad prepandemia (-7,4% vs -7,1%, 2º trim).

La economía balear se mimetiza, así, con la moderación de la actividad que también han puesto de manifiesto otras economías de referencia durante el tercer trimestre. Así, la economía española ha reducido a casi la mitad el ritmo de ascenso (3,8% vs 6,8%, 2º trim.), en un contexto en el que la desaceleración de la senda de crecimiento se ha dejado sentir también sobre las principales economías europeas, como Alemania (1,3% vs 1,7%, 2º trim.), Francia (1,0% vs 4,2%, 2º trim.) o Italia (2,6% vs 5%, 2º trim.).

 

Territorialmente, la tendencia a la desaceleración ha sido especialmente acusada en Eivissa y Formentera (13,2% vs 21,2%, 2º trim.), una tónica que no ha impedido que la economía pitusa haya continuado liderando, por quinto trimestre consecutivo, el crecimiento regional por delante de Menorca (11,0% vs 14,2%, 2º trim.) y Mallorca (10,5% vs 13,1%, 2º trim.). Con todo, a pesar de este mejor comportamiento, la economía pitiusa sigue siendo la más alejada de los niveles de actividad prepandemia (-7,7%), claramente por encima de Mallorca (-7,1%) y, principalmente, de Menorca (-5,7%).

Desde la óptica de la oferta, la economía balear ha moderado durante el tercer trimestre la senda de crecimiento debido principalmente a los riesgos que emanan de un contexto internacional altamente tensionado en muchos mercados. De hecho, durante el tercer trimestre, el sector servicios ha registrado un avance real del 11,8% (vs 15,5%, 2º trim.) y ha aprovechado la primera temporada de verano sin restricciones para impulsar la facturación por encima de los niveles pre-COVID. Sin embargo, el escenario de elevada inflación y de progresivo aumento de los costes financieros ha impedido que este buen comportamiento haya tenido una traducción equivalente en términos de rentabilidad.

No ha sido el caso de la industria, que ha conseguido dar continuidad a la ‘etapa de normalización’ a pesar de que la tasa de crecimiento real se ha moderado hasta el 6,5% (vs 7,8%, 2º trim.), claramente afectada por el estrangulamiento de las cadenas globales de suministros y el encarecimiento de los precios energéticos. Al mismo tiempo, la construcción ha anotado en el tercer trimestre un incremento del 5,4% (vs 5,6%, 2º trim.) y ha confirmado haber culminado con éxito la ‘etapa de normalización’ de los niveles pre-COVID.

En sintonía con la moderación de la actividad, el empleo ha recortado también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo durante el tercer trimestre (9,8% vs 19,4%, 2º trim.), si bien ha seguido mostrando un mayor dinamismo que en el ámbito nacional (3,5% vs 5,0%, 2º trim.). De hecho, el número total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha alcanzado un nuevo máximo histórico a finales del mes de julio ─cifrado en 608.132 trabajadores─ y se ha mantenido, por cuarto trimestre consecutivo, por encima de los niveles previos a la pandemia (+2,8%). Como consecuencia de ello, el desempleo ha rebajado su incidencia hasta el 5,6% de la población activa (vs 6,3%, 2º trim.), un porcentaje que no solo se ha mantenido nuevamente por debajo de la media nacional (12,6% vs 12,7%, 2º trim.) sino que se ha erigido en la tasa de paro más reducida de los últimos 16 años.

El favorable balance laboral no ha sido suficiente para sostener la senda de crecimiento del consumo privado, pues este ha anotado un incremento real del 9,8%, claramente alejado del ritmo de avance del trimestre anterior (13,0%). Desde esta perspectiva, el gasto de las familias ha sufrido el envite de una espiral inflacionista sin precedentes —disparada hasta el 10,7% durante el mes de agosto— que, no solo ha erosionado su poder adquisitivo, sino que ha acabado incidiendo también en su propensión marginal al consumo. Una circunstancia a la que no ha sido ajena el consumo de los no residentes, que se ha vuelto a situar por debajo de los niveles prepandemia (-3,0%) a pesar de la progresiva recuperación de los flujos internacionales de visitantes.

En este contexto, la inversión ha avanzado entre los meses de julio y septiembre a un ritmo real del 7,3% y se ha postulado como el único componente de la demanda que ha ampliado la aportación positiva respecto del trimestre anterior (6,9%).

La lucha contra la inflación lastra las previsiones de crecimiento

Una vez cerrado el tercer trimestre y confirmados los primeros indicios de la entrada en una fase de menor crecimiento, la cuestión clave reside en determinar la magnitud de la corrección que experimentarán el crecimiento y el empleo durante los próximos meses como consecuencia del ‘proceso de ajuste’ que las políticas de control de la inflación llevan implícito. Los precios han continuado al alza durante los meses de octubre y noviembre no solo en Balears (7,3% y 6,3%, respectivamente), sino también a escala nacional (7,3% y 6,8%, respectivamente) y europea (11,5% y 11,1%, respectivamente).

Sin duda, las tensiones que el encarecimiento de los precios finales ha provocado desde principios de año y el incremento de la factura de capital de familias y empresas —consecuencia del proceso de subidas en los tipos de interés oficiales por parte de las principales autoridades monetarias—, provocarán, inevitablemente un deterioro en la economía en los próximos trimestres. Así, lo recoge el Fondo Monetario Internacional en su último informe de octubre, tras recortar, nuevamente, sus previsiones de crecimiento para el conjunto de la economía mundial (2,7%; -0,2pp, julio) y, de forma principalmente acusada, para las economías más avanzadas (1,1%; -0,4pp, julio), incluida España (1,2%; -0,8pp, julio).

 

 

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La economía de Balears mantiene su crecimiento (14,1%) pero sigue un -7,1% por debajo de los niveles de actividad prepandémicos

  • Balears da continuidad durante el segundo trimestre de 2022 al avance del 13,9% registrado en el primer trimestre del año
  • En el inicio de la primera temporada estival de la ‘nueva normalidad’, las Islas mantienen su aceleración gracias al empuje de la economía pitiusa
  • “Las principales economías europeas como Alemania, Francia e Italia ya han empezado a desacelerarse afectadas por la espiral inflacionista y la incertidumbre que provoca el conflicto bélico en Ucrania”, advierte Planas

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe ‘Evolución Económica’ correspondiente al segundo trimestre de 2022, que señala que la economía de Balears experimentó un crecimiento real del 14,1%. Esta tasa añade 0,2 puntos porcentuales a la interanual del trimestre anterior y consigue rebajar un poco más el ‘agujero’ prepandemia acumulado respecto de 2019 (-7,1% vs -9,1%, 1º trim.).

Con todo, la aceleración del crecimiento interanual ha moderado su intensidad en este último trimestre, tal y como ha hecho también la economía española, que ha repetido el ritmo de avance del trimestre anterior (6,3%). Todo ello sucede en un contexto en el que “las principales economías europeas, que ya han normalizado por completo sus niveles prepandemia, han empezado a desacelerarse”, advierte la presidenta de CAEB, Carmen Planas. Este es el caso de Alemania (1,7% vs 3,5%, 1º trim.), Francia (4,2% vs 4,7%, 1º trim.) e Italia (4,7% vs 6,3%, 1º trim.), afectadas por condicionantes globales como son la espiral inflacionista y la incertidumbre que provoca el prolongado conflicto bélico en Ucrania.

El comportamiento de la economía balear del segundo trimestre responde, insularmente, a la aceleración experimentada en Menorca (14,2% vs 12,4%, 1º trim.) y, sobre todo, Eivissa-Formentera (21,2% vs 15,2%, 1º trim.), pues Mallorca ha rebajado su ritmo de avance (13,1% vs 14%, 1º trim.). El mejor comportamiento de la economía pitiusa, apoyado en su marcada especialización turística, no ha sido suficiente para evitar mantenerse, aún, como la más alejada de recuperar los niveles de actividad prepandemia (-7,4%), por encima de Mallorca  (-6,8%) y, especialmente, de Menorca (-5,6%).

Desde el punto de vista de la oferta, la aceleración se ha producido en, una mayor o menor medida, en los distintos sectores no agrarios de la economía balear. Concretamente, los servicios han registrado un incremento del 15,5% durante el segundo trimestre (vs 15,4%, 1º trim.) de acuerdo con la reactivación de los flujos turísticos internacionales desde el inicio de la campaña de Pascua. Y es que la llegada de turistas ha alcanzado los 5,62 millones en el segundo trimestre del año, cifra que multiplica por 3,5 la del año anterior y que, además, supera por primera vez la contabilizada en 2019 (+0,3% vs -26,2%, 1º trim.).

Al mismo tiempo, la industria ha anotado la aceleración más intensa, del 7,8% (vs 6,1%, 1º trim.), muestra de una paulatina recuperación que ha reflejado el repunte del índice de producción industrial (29,6% vs 12,2%, 1º trim.), por primera vez en niveles que superan el umbral prepandemia (+0,5% vs -7,5%, 1º trim.). Sin embargo, la construcción se ha erigido en el primer sector de la economía balear en normalizar su actividad y alcanzar el ecuador del año con un ‘agujero’ positivo del +0,7% (vs -4,1%, 1º trim.) respecto al año previo al inicio de la pandemia. Este resultado viene dado tras el incremento del 5,6% en el segundo trimestre (vs 4,4%, 1º trim.), periodo en el que el incremento del valor de liquidación de las obras acumulado en los meses de abril y mayo (25,8%) ha respondido tanto al aumento de edificaciones (8,2%) como, especialmente, a su valor medio (16,3%).

En sintonía con la mejora de la actividad, el empleo ha avanzado, nuevamente, a una tasa de dos dígitos (19,4% vs 8,8%, 1º trim.), de acuerdo con el empuje de los meses de abril (24,8%) y mayo (22,1%), particularmente, en el sector servicios (30% y 26,4%, respectivamente).

Esta dinámica laboral ha permitido, en parte, sostener la trayectoria ascendente del consumo privado en el segundo cuarto del año, que ha anotado un ascenso del 13% y no ha evitado desacelerar el ritmo de avance del trimestre anterior (13,3%). Todo en un contexto en el que la recuperación del gasto de los no residentes –que ha cuatriplicado el balance trimestral de un año atrás– ha convivido con nuevas alzas del IPC (8,6% vs 7,7%, 1º trim.) que han seguido afectando a la cesta de bienes de compra frecuente (11,3% vs 11,4%, 1º trim.).

La presión que los precios energéticos, así como de diversas materias primas, ha estado ejerciendo sobre las estructuras de coste no ha impedido que la inversión haya efectuado un nuevo esfuerzo frente a la progresiva normalización de la actividad.

Inflación, subidas de tipos y tensiones nublan las perspectivas post-verano

Balears está transitando la temporada estival con unos niveles de actividad que dejan atrás el parón provocado por la pandemia. De acuerdo con los indicadores hoy disponibles, parece ser que la normalización de los volúmenes ha sido la tónica, con una afluencia de visitantes que en julio ha superado los 2,8 millones y, por tanto, la cifra registrada en el mismo mes de 2019 (+0,8%).

Sin embargo, al cierre del balance de la temporada alta, las decisiones de consumo e inversión de los actores de las Islas no podrán evitar someterse a los principales riesgos a la baja que subyacen a un contexto global de tensiones e incertidumbres. Buena parte de estos ya se han podido recoger a lo largo del verano, bien a través del alza de la inflación –en el 10,7% en Baleares en agosto-, bien a través del cambio de tono de la política de la autoridad monetaria europea –con los tipos oficiales desde el 8 de septiembre en niveles inéditos en la última década (1,25%-1,75%) y pendientes de nuevos incrementos antes que finalice el año.