Carmen Planas: “El mantenimiento de los ERTEs debe condicionarse a la existencia de una vacuna contra el coronavirus para evitar la destrucción del tejido productivo y del empleo en nuestras islas”
Ibiza y Formentera se resienten más por su mayor dependencia del turismo y Menorca se ve afectada por la caída de la industria
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Palma, 17 de junio de 2020.- La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de “Evolución Económica”, en el que se toma el pulso a la economía balear y sus principales sectores de actividad tras los primeros envites de la COVID-19.
Así, las primeras estimaciones correspondientes al primer trimestre el año arrojan una contracción sin precedentes del VAB no agrario balear del 4,5% (vs 1,5%, 4º trim.) que responde tanto a la incertidumbre imperante antes de la declaración del estado de alarma como a las consecuencias derivadas de las restricciones a la movilidad y a la actividad que entraron en vigor el pasado 14 de marzo. No en vano, el shock de oferta asociado al cierre, total o parcial, de los centros de producción ha derivado, prácticamente al unísono, en un shock de demanda que ha comprometido también las decisiones de consumo e inversión.
El sector servicios registra una caída sin precedentes
Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca que la interrupción de la actividad durante las dos últimas semanas de marzo ha arrojado todos los indicadores de actividad a la banda roja y ha comprometido, sin excepciones, el balance del primer trimestre en los principales sectores de actividad. No en vano, el marcador trimestral del sector servicios ha retrocedido un 4,5%, tasa que recorta en 5,9 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (1,4%). Y es que la reducción de la movilidad, interna y externa ha comprometido sobremanera la actividad agregada de las ramas vinculadas a la cadena turística de valor (-8,3% vs 0,7%, 4º trim.). Prueba de ello, son los retrocesos observados en la afluencia turística (-33,6% vs -6,6%, 4º trim.), las pernoctaciones en establecimientos de alojamiento (-39,4 vs -4,9%, 4º trim.) o, desde una perspectiva más agregada, en la afiliación de trabajadores del sector (-0,2% vs 1,8%, 4º trim.).
La industria se sitúa en la banda roja
El marcador de crecimiento del secundario balear ha entrado definitivamente en terreno negativo de la mano de la COVID-19, tras anotar una contracción del 3,2% que echa a perder el esfuerzo realizado los últimos trimestres para mantenerlo en positivo (0,4%, 4ª trim.). Así, lo corrobora el índice de producción industrial, que ha alcanzado en el mes de marzo el nivel más bajo de la serie histórica y ha saldado el trimestre con un retroceso superior a dos dígitos (-10,5% vs -2,1%, 4º trim.), o el índice de la cifra de negocios (-9,3% vs -1,2%, 4º trim.), en un contexto en que el sector ha retomado la senda de destrucción de empleo (-0,6% vs 1,5%, 4º trim.).
La construcción sobre reacciona al cambio de escenario
La construcción lejos de mantenerse ajena al shock derivado de la COVID-19, ha sido el sector que ha encajado el mayor ajuste. No en vano, el marcador trimestral de crecimiento ha anotado una reducción del 5,8%, a pesar de haber mantenido en el último trimestre del año anterior un tono superior al resto de sectores (3,5% vs 1,8%, total sectores). Y es que, tanto la evolución de la afiliación (-3,2% vs 1,9%, 4º trim.) como de los visados (-7,7%) y de la licitación oficial (-83,9%), confirman que la construcción ha sido el sector que, en mayor medida, ha sobre reaccionado al cambio de escenario impuesto por la COVID-19.
Las expectativas a la baja comprometen las decisiones de consumo e inversión
Desde el punto de vista de la demanda, la COVID-19 ha desplazado el patrón de consumo de familias hacia las compras de alimentos y bienes de primera necesidad, al tiempo que el deterioro de las expectativas asociadas al repunte número de parados (4,7% vs 2,3%, 4º trim) y de la inflación general (0,7% vs 0,5%, 4º trim.) y la percibida (0,2% vs -0,1%, 4º trim.) ha retrasado las compras de los bienes duraderos y reducido el gasto conspicuo. De hecho, el agregado de consumo ha sufrido durante el primer trimestre una contracción del 5,2% (vs 1,2%, 4º trim.), en línea con el retroceso observado tanto en las compras de vehículos (-63,6% vs 5,4%, 4º trim.) o establecimiento de comercio minorista (-3,3% vs 0,8%, 4º trim.).
La inversión, por su parte, ha anotado una contracción del marcador de crecimiento del 6,1% (vs 2,6%, 4º trim.), en línea con el deterioro de la confianza empresarial, que se ha visto lastrada el primer trimestre hasta registrar el valor más bajo de la serie histórica (-34,7% vs -1,5%, 4º trim.). Así, lo corrobora la negativa evolución del número de empresas afiliadas (-2,6% vs 0,4%, 4º trim.) y de nueva creación (-15,2% vs -5,2%, 4º trim.) o, en lo relativo a la inversión en construcción, el descenso montante económico de los proyectos de visados (-17%), independientemente de la categoría (-22%, obra nueva; -4,7%, reforma; -5,4% ampliación).
Las Pitiüses sufren, en mayor medida que Menorca, el impacto de la COVID-19
La desagregación de los resultados a nivel territorial pone de manifiesto que Eivissa y Formentera han sufrido más que el resto de las islas, como consecuencia de la mayor especialización turística. En este sentido, las Pitiüses han experimentado una contracción del marcador de crecimiento del 4,8% (vs 1,7%, 4º trim.), un porcentaje superior al de Menorca en términos absolutos (-4,7% vs 0,9%, 4º trim.), y relativos (-6,5 pp vs -5,6 pp, Menorca).
El comportamiento de Eivissa y Formentera responde, por el lado de la oferta, al débil pulso del sector servicios y, por el lado de la demanda, a la negativa contribución de no -residentes. De hecho, la afiliación ha descendido en las principales ramas turísticas (-5,8%), por encima de Menorca (-3,2%), en sintonía con la evolución de los flujos turísticos (-36,1% vs -13%, Menorca). Por el contrario, el contador de crecimiento de Menorca ha encontrado sus peores aliados en la industria, según se desprende de la evolución de la afiliación del sector (-4,1% vs -1,4%, Pitiüses) y más concretamente en el segmento manufacturero menorquín (-4,4% vs -2,4%, Pitiüses).
Las perspectivas para el conjunto del año se deterioran
La presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha destacado que “Balears se abre de esta forma a un escenario de recesión, toda vez que las restricciones a la movilidad, tanto internas como externas, y a la actividad, vigentes durante el segundo trimestre derivarán en un ajuste mayor que el observado durante este primer trimestre”. Así, lo anticipa, el retroceso histórico de la afiliación media observado en el mes de abril (-8,7%) y mayo (-12,6%) y el fuerte aumento del paro registrado (62,2%, abril; 92%, mayo).
Con todo, Planas ha señalado que “Balears afronta una campaña turística inédita, completamente atípica y llena de incertidumbres por lo que CAEB apela a los actores regionales a realizar un ejercicio de gobernanza integral del destino con el fin de mitigar el impacto negativo en el corto plazo y, paralelamente, sentar las bases de la reorientación del destino ante los cambios permanentes que se anticipan”.
“Creemos además que el mantenimiento de los ERTEs debe condicionarse a la existencia de una vacuna contra el coronavirus. Porque mientras no tengamos la vacuna estamos en riesgo y los ERTEs tienen que seguir siendo una herramienta necesaria para que no se asfixien nuestras empresas, para defender el empleo y para evitar que en un futuro inmediato tengamos que quitar la “T”, y ver que los ERTEs se convierten en EREs, lo que supondría el fin de la actividad para muchas de nuestras empresas, con un elevado número de cierres y con la consiguiente destrucción tanto del tejido productivo como del empleo en nuestras islas”, ha recalcado la presidenta de CAEB.
Carmen Planas ha concluido que “para evitarlo, desde CAEB apelamos a una colaboración público-privada que sea realmente eficaz y eficiente porque, en Baleares, ya se han abierto las puertas de la recesión”.