Uno de los desafíos que tiene la seguridad y salud laboral es la integración del enfoque de género, de modo que, teniendo en cuenta las diferencias biológicas que existen entre mujeres y hombres, las desigualdades sociales y la distinta exposición a ciertos riesgos laborales, se puedan implementar estrategias y acciones preventivas que permitan conseguir condiciones de trabajo más seguras y saludables para las mujeres. Es momento de avanzar.
Conoce el programa de CAEB para 2022 "Promoción de la Empresa Saludable y de la Perspectiva de Género en la gestión preventiva"
Las organizaciones que van más allá de la mera prevención de riesgos laborales y que dirigen su gestión hacia la excelencia y hacia el concepto de “empresa saludable”, con una gestión integral de la salud física, emocional y mental de las personas trabajadoras, se convierten en organizaciones más competitivas y sostenibles.
Partiendo de la premisa de que las personas constituyen el principal valor de las empresas y una clara ventaja competitiva, las organizaciones empresariales debemos implicarnos activamente en la generación de cultura de prevención, e ir más allá, fomentando que las políticas de promoción de la salud en el trabajo adquieran un relevante papel dentro de las estrategias corporativas.
Asimismo, con los avances jurídicos y sociales conseguidos para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y teniendo en cuenta el camino que aún queda por recorrer, es necesario dar un paso importante hacia la integración real de la perspectiva de género en la gestión de la prevención de riesgos laborales, puesto que las desigualdades de género pueden afectar a la calidad de vida profesional, a la salud y a la seguridad de las mujeres e influir negativamente en su productividad.
El enfoque de género en salud laboral no puede faltar en las “empresas seguras, saludables y sostenibles”.
La incorporación de la perspectiva de género en las organizaciones se ha convertido en algo necesario para la consecución de puestos de trabajo seguros y saludables.
La aprobación en España de la Ley Orgánica 3/2007, para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres, conocida como Ley de Igualdad, incorpora el principio de transversalidad de género en materia de salud laboral.
Desde un punto de vista práctico, la igualdad se debe incorporar a los sistemas de gestión que se desarrollan en el ciclo de negocio de cualquier empresa: gestión de la calidad, gestión medioambiental y gestión de riesgos laborales, como parte del proceso de mejora y elemento identificativo de la modernización y calado de la responsabilidad social empresarial de cualquier organización que apuesta por una estrategia de futuro cuidando el desarrollo humano y el conocimiento.
Tal y como indica la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, desde la Unión Europea se viene planteando la necesidad de progresar en el ámbito de la igualdad de género, teniendo en cuenta los aspectos de salud y seguridad específicos de las mujeres como mejora de las aptitudes en el puesto de trabajo y de la calidad de vida laboral.
En España, el modelo preventivo que se ha venido desarrollando parte de un marco normativo cuya base primordial es la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, caracterizada por su naturaleza “neutra” en cuanto a género.
La necesidad de aplicar la perspectiva de género a la seguridad y salud en el trabajo se pone de manifiesto ante la evidencia creciente de que los riesgos laborales y las patologías causadas por ellos afectan de manera desigual entre hombres y mujeres:
• Los trabajos en los que predominan las mujeres se caracterizan por presentar principalmente riesgos psicosociales, mientras que los hombres se exponen en mayor medida a riesgos relacionados con la seguridad.
• Se producen efectos distintos sobre la salud: En el caso de las mujeres, a menudo se trata de efectos que aparecen a largo plazo y que son de etiología multicausal, combinándose diferentes factores de riesgo laboral y extralaboral para generar el daño. Los hombres, en cambio, sufren más accidentes traumáticos.
“Los hombres y las mujeres no son iguales biológicamente hablando (diferencias de sexo) y las actividades profesionales que realizan, las condiciones de trabajo y la forma en que son tratados por la Sociedad son distintas (diferencias de género)”.
Teniendo en cuenta las desigualdades de género y sabiendo cómo influyen en los riesgos laborales, se podrán aplicar políticas y prácticas preventivas que protejan la salud de todas las personas trabajadoras y que contribuyan a la erradicación de desigualdades de género en el ámbito laboral, redundando en la mejora de las condiciones de trabajo y el desarrollo competitivo de las organizaciones.
La integración de la perspectiva de género en el ámbito de la prevención de riesgos laborales requiere del análisis de las áreas que sean relevantes para las mujeres trabajadoras y que hasta la fecha no se han abordado de forma suficiente, para así garantizar que las medidas de prevención y de protección que se adoptan son las apropiadas.
Por todo ello, durante el año 2022 CAEB desarrolla, con el apoyo del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral (IBASSAL), un programa de sensibilización, información, divulgación y asesoramiento, vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 3 – Salud y Bienestar y al nº 5 – Igualdad de género, para fomentar empresas seguras y saludables y centrado de manera especial en la inclusión de la perspectiva de género en la gestión preventiva de las empresas.
Comparte con nosotros tus experiencias y buenas prácticas en materia de género:
Uno de nuestros objetivos es recopilar y difundir casos prácticos de abordaje de la perspectiva de género en empresas que están siendo pioneras en este ámbito y que puedan servir de ayuda e inspiración a otras para extender las buenas prácticas.
Si tu empresa está desarrollando acciones en esta materia y quieres compartirlas con nosotros, puedes contactarnos a través del correo desarrollo@caeb.com.es