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IMPULSA BALEARS presenta el nuevo Índice de Desarrollo Turístico y apuesta por reforzar el rol del turismo y convertirlo en un ‘aliado proactivo’
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lMPULSA BALEARS ha presentado esta mañana en FITUR el Índice de Desarrollo Turístico (IDT), un nuevo instrumento que evalúa la capacidad de las regiones para articular y mantener un sistema turístico sostenible y resiliente a favor de la sociedad, en un ranquin integrado por 325 regiones de 45 países que se mantienen activas como destinos turísticos y se sitúan a corta o media distancia de los principales mercados emisores de España. La cita, introducida por la presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha contado con la presencia de la secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez, y la directora de Turismo, Cultura y Deporte de CEOE, Inmaculada de Benito, entre otros.
El índice, que por primera vez en nuestro país adapta a nivel regional el marco de desarrollo turístico que el World Economic Forum mantiene vigente para los países del mundo, ofrece un enfoque sistémico que pivota sobre 15 pilares y 95 indicadores relacionados con el entorno regional, las políticas y condicionantes turísticos, las infraestructuras y servicios turísticos, la base de recursos naturales, culturales y no-lúdicos y la sostenibilidad del turismo.
En palabras del director técnico de la Fundación, Antoni Riera, “este índice responde a una nueva noción de desarrollo turístico que otorga una responsabilidad superior al turismo, convirtiéndolo en un ‘aliado proactivo’, tanto para revertir desequilibrios regionales, como para dar respuesta a retos globales, como el cambio climático o la desigualdad económica”. Este enfoque adquiere especial relevancia, según Riera, en un contexto de expansión turística global, en el que España recibe ya más de 85 millones de visitantes internacionales al año y ocupa la segunda posición mundial, solo detrás de Francia. Una situación que representa un desafío para buena parte de las regiones españolas, pues deben gestionar el creciente flujo de visitantes y, al mismo tiempo, encontrar la manera de conectar el turismo a su senda de crecimiento y bienestar.
Y es que, el IDT evalúa el conjunto de factores y políticas que determinan la capacidad de una región para forjar un sistema turístico sostenible y resiliente a favor del progreso de la sociedad, a través de 15 pilares y 95 indicadores. Los primeros resultados sitúan Balears en la 11ª posición de un ranquin integrado por 325 regiones de 45 países que se mantienen activas como destinos turísticos. La acompañan, en el tramo ‘muy alto’ de la distribución, otras comunidades autónomas españolas –como Madrid (1ª), Cataluña (2 ª), Comunidad Valenciana (5ª), Andalucía (6ª) i Canarias (7ª)– y otras regiones europeas –como Dinamarca-Capital (4ª), Zúrich (9ª) o Baja Austria (10ª).
Particularmente, el Archipiélago sitúa sus principales fortalezas en pilares clásicos de una región con una larga tradición turística. En este sentido, ocupa la 1ª posición del ranquin en pilares como la priorización del turismo y el transporte aéreo. Así lo muestran indicadores como la conectividad aeroportuaria (posición 16ª), las líneas aéreas operativas (1ª) y el tráfico aéreo de aeronaves (3ª). Asimismo, Balears también cuenta con puntuaciones muy ventajosas en pilares como las instalaciones y los servicios turísticos (5ª), la contribución socioeconómica del turismo (14ª) –teniendo en cuenta indicadores como la importancia del turismo en el tejido productivo regional (5ª)–, la dotación de recursos naturales (20ª) y los aspectos relacionados con la seguridad, la salud y la higiene (25ª).
Tres consignas clave
Desde una perspectiva de mercado, estas buenas marcas, ha explicado Riera, “son indiscutibles, pero para conectar turismo y progreso económico y social hay que ampliar el angular. Precisamente, la visión sistémica del nuevo IDT permite extraer tres consignas clave para mejorar la respuesta que Balears da al fenómeno global y complejo del turismo, eso quiere decir, cómo lo acoge, y al mismo tiempo, cómo se beneficia”.
La primera consigna recomienda redoblar esfuerzos en los pilares que conectan directamente con las fortalezas y que, además, sitúan las puntuaciones en un tramo ‘alto’ del ranquin del IDT. Así las cosas, las islas encuentran oportunidades de mejora en pilares que ponen en valor la base de recursos culturales (posición 80ª), la preparación tecnológica (88ª) y el transporte marítimo y terrestre (106ª), a la vez que señalan la importancia de revertir desventajas en sostenibilidad ambiental (128ª) –especialmente relacionadas con la concentración de partículas en la atmosfera (171ª) y el estrés hídrico (293ª).
La segunda consigna destaca la importancia de abrir vías de sofisticación del tejido productivo para conseguir que el entorno regional defina el turismo y no a la inversa. Un desafío que requiere un nivel de exigencia superior en el archipiélago, pues tiene que impulsar pilares como el entorno de negocio (posición 201ª), el capital humano y mercado laboral (179ª) y los recursos no-lúdicos (169ª). Este último, asegura Riera, “es muy interesante no solo para impulsar motivaciones turísticas diferentes de las vacacionales, sino para desplegar capacidades empresariales, académicas, deportivas y tecnológicas que comportan réditos mucho más allá de la esfera estrictamente turística”.
La tercera consigna tiene que ver con afrontar los riesgos, ya sean reales o potenciales, con los que topa el desarrollo turístico de las islas en materia de sostenibilidad de la demanda turística. No en vano, el archipiélago computa su puntuación más baja en este pilar, y se sitúa en la 308ª posición. En este resultado juegan un papel desfavorable, respecto del conjunto de regiones, indicadores como la estacionalidad (266ª) y la intensidad de la demanda turística (294ª).
Con todo, Riera ha invitado a los actores regionales a alinearse alrededor de este marco, pues “ofrece una evaluación de ‘capacidades’ y no de ‘resultados’, que permite identificar des de qué factores y políticas es idóneo actuar de manera armonizada para forjar un sistema turístico, sostenible y resiliente, favorable al progreso de la sociedad en Balears”.