El pasado 5 de noviembre se celebró el V Foro de El Económico, organizado por Grup Serra, en el que participó Carmen Planas, presidenta de CAEB, junto a la vicepresidenta segunda y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, Gabriel Escarrer, CEO de Melià Hotels y presidente de Exceltur y los representantes de las entidades sindicales y empresariales UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo. El discurso de la presidenta de CAEB fue el siguiente: Muy buenas tardes a todos y muchas gracias por invitarme a participar en este V Foro de El Económico. Me resulta ilusionante, como presidenta de los empresarios de Baleares, subir a un escenario, como el de hoy, en el que agentes públicos y privados, empresas y sindicatos, ponemos en común nuestras inquietudes, puntos de vista y, muy especialmente, nuestros planes de futuro. Estoy convencida de que al final de la tarde, las ponencias configurarán un mosaico completo, diverso y muy útil para poner a nuestro favor la ‘fuerza del diálogo’. Un diálogo que percibo más necesario que nunca, pues no solo ha de permitir exponer ideas de una manera alternativa, sino discutir y alcanzar de forma muy ejecutiva acuerdos que permitan desplegar nuevas soluciones. Y es que es hora de ganar la batalla a la pandemia. Esto significa, por supuesto, normalizar progresivamente nuestra actividad y, con ella, el empleo y las rentas. Pero también, es hora de encontrar y dar respuesta a los múltiples interrogantes con los que nos ha desafiado. Es hora de planificar. De planificar estratégicamente. Permítanme que les transmita que siempre he considerado la planificación estratégica como un acto de optimismo sobre el futuro. Aun cuando el futuro, hoy en día, se nos sigue antojando volátil e incierto. Sé que estas semanas son muchas las empresas que han ultimado sus planes para el próximo año y, en la tesitura disruptiva que nos encontramos, han aprovechado para revisar también sus planes a medio plazo. Se trata de un ejercicio natural, que incluye cualidades de aspiración, transformación, anticipación y mucha confianza. Un ejercicio que no solo es clave para la empresa que lo realiza, sino también para el conjunto de sus stakeholders: trabajadores, proveedores, clientes, accionistas, administración y, por supuesto, la comunidad en la que opera. Y es que no tiene sentido en un momento como el actual dar la espalda a la creación de valor compartido. Un valor necesario para impulsar, de verdad, la competitividad global de Balears. Porque surge de las prácticas y políticas que mejoran las ventajas competitivas de nuestras empresas y porque deriva en condiciones de vida mucho más avanzadas para nuestra comunidad. Porque refuerza, en definitiva, la conexión entre progreso económico y social. Pero no nos engañemos: No habrá creación de valor compartido si no hay planificación estratégica compartida. Y esto no es nuevo, pero ahora es más importante que nunca. Desde el inicio de esta crisis no hemos dejado de oír (y de decir) que la solución a la pandemia será comunitaria o no lo será. Esto, que es válido a nivel sanitario, lo es también, en estos momentos, a nivel económico y, por tanto, nivel social. Tengamos en cuenta que al igual que en las empresas, las aspiraciones de progreso de los habitantes de Baleares, dependen, hoy más que nunca, de que se asignen los fondos, públicos y privados, a la obtención de resultados. Resultados de eficiencia, innovación y equidad. Ahora, en una situación tan extraordinaria como la actual, tenemos sobre la mesa la oportunidad de acceder y gestionar dotaciones de fondos públicos excepcionales, como son los asociados al programa europeo ‘Next Generation’. ¡Todo un órdago a nuestra capacidad de gestión! Admitámoslo. Es todo un envite en primera instancia, a nuestra capacidad de planificación estratégica, individual y colectiva. No podemos ceñirnos, ni empresas ni administraciones, a listar deficiencias, a cubrir lagunas y a rebuscar en el cajón de dosieres pendientes. Al menos, no debemos ceñirnos solo a esto. Tampoco podemos abordar este ejercicio desde la perspectiva del ‘gasto,’ sino que debemos hablar únicamente de ‘inversión’, por complicado que parezca: orientarla, planificarla, y ejecutarla. Porque no se trata de enmendar el pasado, sino de visualizar y materializar el futuro. Y de esta manera veremos el retorno de toda esta ‘inversión’. En Balears, la apertura progresiva y sostenida de la actividad ha insuflado las primeras dosis de confianza a las empresas y, al mismo tiempo, ha permitido aproximar con mayor claridad el margen financiero disponible. Estas cuestiones, junto con la seguridad que ha ido transmitiendo el Banco Central Europeo respecto al mantenimiento de los tipos de interés en niveles bajos, ha abierto las puertas a la ‘inversión’. no tanto para crecer en capacidad (todavía infrautilizada), sino para apostar por nuevas capacidades, muy relacionadas con el talento, la digitalización y la transición ecológica. A lo largo de este 2021, el segundo que cerramos con el adjetivo de ‘pandémico’, las empresas de las islas hemos trabajado para mejorar las cifras del año anterior. Desde el mes de junio se está recuperando, mes a mes, la creación de centros de cotización de empresas (un 2,3% más en el tercer trimestre), así como el volumen de trabajadores en alta (un 7,6% más en el tercer trimestre). La mejora es palpable, si bien somos conscientes de que tenemos pendiente un importante gap a revertir para llegar a las cifras de 2019. Un gap superior al de la media española consecuencia también de nuestra mayor especialización en servicios turísticos, comerciales y de transporte. Ámbitos que han resultado más afectados por las inusuales condiciones de juego que ha establecido la COVID. Pero también, en esta misma tesitura, somos una de las regiones que más contribuimos a la posición de liderazgo turístico que España mantiene a nivel global. Este verano ha resultado atípico, pero nuestros operadores han sido capaces de captar los flujos más cuantiosos de visitantes internacionales del conjunto estatal: Uno de cada 3 durante los meses de julio y agosto. Un buen resultado que para nosotros ha significado trabajar a poco menos de un 60% de nuestra capacidad. Balears tiene grandes fortalezas para formar parte y contribuir a la estrategia nacional para la transformación y la resiliencia. Y mucho interés en hacerlo, pues esto significa la posibilidad de franquear nuevas ventanas de oportunidad para revertir los déficits competitivos acumulados. El índice de competitividad global, que elabora la Fundación IMPULSA BALEARS, ya nos alertaba a inicios de este año sobre los retos importantes que asumimos en materia de educación superior. (Nos encontramos en la posición 196 de 233 regiones de la Unión Europea de los 27). En la eficiencia del mercado laboral nos situamos en la posición 183. En Innovación en la posición 148. Y en dimensiones de la sostenibilidad, como la ambiental en la posición 151. Unas posiciones que no se corresponden con el nivel de renta que hemos alcanzado y que tenemos serias dificultades para mantener. Ya hace tiempo, dos décadas, que ya no somos la región con más renta per cápita de España, ni estamos entre las 50 más ricas de Europa. No encontramos en momentos de incertidumbre. No solo la derivada de la situación que hemos vivido estos últimos años, sino algunas que se ciernen en el horizonte y que nos generan nuevas dudas. El precio de la energía, la inflación subyacente, las roturas de stock en el comercio internacional que nos están generando problemas de desabastecimiento. Nuestro territorio es más vulnerable que otros a estas adversidades. El reto es importante, y lo aceptamos. Intentemos no generar nuevas incertidumbres. Trabajemos desde el acuerdo. Estos últimos meses así lo hemos hecho. Empresarios, sindicatos y Govern hemos hecho esfuerzos enormes para llegar a acuerdos y creo sinceramente que esta es la línea de trabajo. Debemos emprender nuevos proyectos. Hacer h ‘lo correcto’, requiere grandes dosis de información, es cierto, pero también de cooperación estratégica. Y es ahí donde apostamos a que el diálogo haga la fuerza. Dialogar sobre la forma en que deseamos vivir, trabajar, viajar… progresar. En CAEB queremos formar parte de este diálogo. Necesitamos provocar cambios importantes en nuestras empresas, estamos dispuestos. Pero esto incluye cambios importantes en las relaciones con el resto de los agentes económicos y sociales. No subestimemos la magnitud del desafío que tenemos por delante. Ni la gran oportunidad que nos brindan, incluso en el corto plazo, los fondos “Next Generation”. Este tren no volverá a pasar. Así que: Hagámoslo juntos. Anticipemos juntos. Planifiquemos juntos. Invirtamos juntos. Promovamos el principio de desarrollo sostenible con el que todos decimos estar comprometidos y construyamos el futuro. Alentemos a los organismos públicos y a las empresas a tomar en consideración el impacto a medio y largo plazo de sus decisiones. Monitoricemos nuestras acciones y evaluemos en qué medida la asignación de fondos alcanza los resultados previstos. Resultados sobre los que es importante empezar a dialogar. Con fuerza y sin dilación. Muchas gracias